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jueves, 3 de julio de 2014

Abigeato: Mutilaron ovejas para quitar marcas de sus dueños en Gobernador Gregores

Un estanciero denunció a una productora vecina por el delito de abigeato, en Gobernador Gregores. Además aportó pruebas de cómo mutilan a los animales, con el objetivo de quitarles las marcas de los dueños. El productor Sergio Poklepovic posee dos estancias a unos 190 kilómetros de la ciudad de Gobernador Gregores. Sobre las rutas 35 y 37 administra y explota las estancias La Perseverancia y La Olguita, ambas cuentan con unas 35 mil hectáreas. A su vez estima en cerca de 4.000 las ovejas que se encuentran en sus campos.  Pero para Poklepovic los problemas comenzaron a partir de 2010, cuando nuevos dueños arribaron a la estancia La Porteña, vecina a sus campos, y con la cual comparte caminos vecinales. En diciembre pasado, tras la esquila, se percató junto a su peón que a algunos animales les faltaba una oreja, y en otros casos las dos. Un hecho extraño que le llamó la atención fue que las ovejas perdieran una oreja o ambas, justo donde llevan la marca que identifica a los animales de sus estancias. Al realizar la supervisión de la cantidad de animales, se percató que a su vez había un faltante. Esto llevó a que, tras las fiestas de fin de año, radicara una denuncia en la Comisaría de Gobernador Gregores y el Juzgado de Instrucción Nº 1 de Puerto San Julián, con jurisdicción en la Zona Centro de la provincia.




Sospecha y allanamiento 

Poklepovic sospechó de sus nuevos vecinos, no sólo por el robo de animales, sino por otros acontecimientos tiempo antes, con el robo de armas en el casco de una de las estancias, y por el desmantelamiento de un puesto. Tras aportar los datos a efectivos del Grupo Especial de Operaciones Rurales (GEOR), y el juez Ludovico Pío Pala tener el informe de la Policía, ordenó un allanamiento en la estancia La Porteña. Tras días de inspección se encontraron más de 280 animales que tenían la marca de las estancias del denunciante. En algunos de los casos los animales habían sido mutilados, para quitarles las orejas con el fin de que no sea identificada su procedencia, y en otros se esquiló donde tenían una marca con pintura o en todo caso se pintó encima de esta para que a simple vista no pudieran ser reconocidos.
También los investigadores hallaron en las instalaciones de la estancia huesos y cueros, que habían sido quemados, como también carne fresca de animales faenados, en este caso vacunos. Por esto último, otro productor de la zona radicó una denuncia por la desaparición de vacas. Además se incautaron armas de fuego, pero no eran las sustraídas al denunciante.

A la espera de justicia 

Poklepovic destacó la labor del GEOR en el marco de la investigación, que llegó a recabar pruebas para respaldar su denuncia de abigeato. Los sospechosos estuvieron horas demorados, y tras fijar domicilio en la causa recuperaron su libertad. No obstante, el damnificado observa una cierta lentitud en la causa, donde espera que la Justicia establezca una “condena ejemplar” contra los acusados por el delito de abigeato.    
Aseguró en una entrevista con La Opinión Austral que “hay pruebas irrefutables” contra sus vecinos, y es por ello que espera una respuesta de la Justicia. Identificó a una de las acusadas como Viviana Hopkins, como la responsable de la estancia La Porteña.  También ha recurrido al poder político para que adopten medidas contra el robo de animales en la zona rural, ya que el delito no sólo está arraigado en la Zona Sur, sino en toda la provincia, y hace estragos en las economías de los pequeños y medianos productores.
Poklepovic ha llegado a solicitar audiencias con los integrantes del Tribunal Superior de Justicia y con el gobernador Daniel Peralta, pero hasta el momento no ha tenido respuestas a sus solicitudes. Afirma que quiere transmitirles la experiencia de un productor que está siendo perjudicado por un delito que está creciendo y ramificándose a lo largo y ancho de la provincia, y cada vez es en mayor escala. Sus quejas también fueron transmitidas a la Sociedad Rural de Puerto San Julián, como integrante de la entidad.
También resalta, y que consta en la causa, que los alambrados de sus campos se encuentran en perfecto estado, y es imposible que unos 300 animales “hayan saltado” al campo vecino.
Apuntó a mayores controles sanitarios, para combatir la venta clandestina de carne, que es uno de los pilares del delito de abigeato. El productor asegura que “quiere creer en la Justicia” de que se llegará a un castigo contra aquellos que aprovechan la soledad de los campos para ingresar a las estancias y sustraer animales, y más de aquellos que son vecinos, que valiéndose de los caminos comunales, se aprovechan de la confianza de sus víctimas.

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