Por su parte, Adriana Vince, nutricionista del Plan Nacional Argentina Saludable, dependiente de la cartera sanitaria, indicó que el pescado aporta proteínas y minerales tan buenos como la carne vacuna, pero contiene mucha menos cantidad de grasas que otras carnes". "Lo mejor es prepararlo bien cocido, al horno, al vapor o a la plancha, y limitar al máximo la fritura", apuntó. Las proteínas de la carne de pescado son de fácil digestión y complementan las que aportan los cereales y las legumbres. Pero se trata de un producto que se puede alterar con facilidad si no se tienen en cuenta algunos cuidados al momento de su compra y conservación, indicó la ANMAT.
Recomendaciones al momento de comprar:
La compra de cualquier tipo de pescado deberá hacerse en comercios habilitados que presenten buena higiene general y exhiban sus productos frescos, conservados en abundante hielo (cubiertos) o congelados.
El pescado fresco debe presentar:
• Un ligero olor a pescado, pero nunca olor a amoníaco.
• Los ojos siempre brillantes, no hundidos. La opacidad o el hundimiento son signos de deterioro.
• Las agallas rojas, las escamas adheridas al cuerpo y su carne firme. No debe ceder ante la presión del dedo.
• Pigmentación viva y brillante.
• La columna vertebral firmemente adherida a los músculos; si se la intentara separar de ellos, debería romperse.
• La sangre roja y brillante: si el pescado no está fresco, el color se vuelve marrón pardo.
Una vez comprados, los pescados y mariscos deben transportarse directamente al domicilio y refrigerarlos inmediatamente para evitar que se corte la cadena de frío.
Al momento de la conservación del pescado es recomendable:
• Mantenerlo no más de 1 ó 2 días en la parte más fría de la heladera y hasta 3 meses en el freezer.
• No descongelar y volver a congelar los pescados y mariscos.
• Al descongelarlos, no hacerlo a temperatura ambiente.
• Una vez preparados, consumirlos lo antes posible.
• Consumir los pescados bien cocidos.
En cuanto a los crustáceos menores, como camarones y langostinos, se debe tener especial cuidado en observar que no presenten manchas negras, olor desagradable o desprendimiento entre cabeza y tronco.
En tanto, los calamares deben tener la piel lisa, suave y húmeda, sin manchas sanguinolentas o extrañas. Sus ojos tienen que ser brillantes y salientes, y su musculatura consistente y elástica. Los mejillones, u otros moluscos bivalvos, deben tener las valvas cerradas y una vez cocidos, abrirse. Si están abiertas, hay que comprobar que se cierran con un ligero golpe. Asimismo, se recomienda que las pencas de bacalao salado tengan un aspecto seco y sin puntos rojos o negros en su superficie, ya que ello indicaría que tienen hongos.

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