Aunque los bebés utilizan sus recuerdos para aprender nueva información,
pocos adultos pueden recordar eventos de su vida que ocurrieran antes
de la edad de tres años.
Psicólogos de la Universidad de Emory
(Atlanta, EE.UU.) han documentado ahora que los siete años es cuando
estos primeros recuerdos tienden a desvanecerse en el olvido, un
fenómeno conocido como "amnesia infantil".
La investigación
incluyó entrevistas a niños acerca de acontecimientos pasados de su
vida, a partir de los tres años. A diferentes subgrupos de estos niños
se les consultó posteriormente si recordaban estos eventos a las edades
de cinco, seis, siete, ocho y nueve años, informa Tendencias 21.
"Nuestro
estudio es la primera demostración empírica de la aparición de la
amnesia infantil", afirma la psicóloga de Emory Patricia Bauer, que
dirigió el estudio, en la información de la universidad. "De hecho,
grabamos la memoria de los niños, y luego los seguimos hacia el futuro,
para hacer un seguimiento sobre cuándo se olvidaron de esos recuerdos."
Estudiar la memoria autobiográfica
El
Laboratorio Bauer de Desarrollo de la Memoria se centra en cómo la
memoria autobiográfica, o episódica, cambia a través de la infancia y la
edad adulta temprana.
Los científicos saben desde hace mucho
tiempo, basándose en entrevistas con adultos, que los primeros recuerdos
de la mayoría de la gente sólo se remontan a alrededor de los 3 años de
edad.
Sigmund Freud acuñó el término "amnesia infantil" para
describir esta pérdida de la memoria de los años infantiles. Utilizando
su teoría psicoanalítica, Freud hizo la polémica propuesta de que la
gente estaba reprimiendo sus memorias más tempranas debido a su
naturaleza sexual inapropiada.
En los últimos años, sin embargo,
hay cada vez más pruebas de que, mientras que los bebés utilizan la
memoria para aprender la lengua y dar sentido al mundo que les rodea, no
tienen todavía la sofisticada arquitectura neuronal necesaria para
formar y retener formas más complejas de memoria.
En lugar de
basarse en entrevistas con adultos, como habían hecho los estudios
anteriores sobre amnesia infantil, los investigadores de Emory querían
documentar la formación de la memoria autobiográfica temprana, así como
la edad a la que se olvidan estos recuerdos.
Características del estudio
El
experimento se inició grabando a 83 niños a la edad de tres años,
mientras sus madres o padres les preguntaban acerca de seis
acontecimientos que los niños habían experimentado en los últimos meses,
como un viaje al zoológico o una fiesta de cumpleaños. "Les pedimos a
los padres hablar como lo harían normalmente con sus hijos", explica
Bauer.
Ella da un ejemplo hipotético: "La madre preguntaría:
"¿Recuerdas cuando fuimos al restaurante para tu fiesta de cumpleaños ?
Podría añadir: "Tomaste pizza, ¿verdad?"
El niño puede comenzar a
relatar los detalles de la experiencia en el restaurante o desviar la
conversación diciendo algo como, "¡Zoo!" Algunas madres pueden seguir
preguntando acerca de la pizza, mientras que otra madre podría decir:
"Bueno, fuimos al zoológico, también. Háblame de eso."
Los padres
que se dejaban guiar por el niño en estas conversaciones tendían a
suscitar recuerdos más ricos de sus hijos de tres años, apunta Bauer.
"Este enfoque también está relacionado con los niños que tienen una
mejor memoria del evento a una edad más tardía."
Después de
grabar estos recuerdos básicos, los investigadores hicieron un
seguimiento a los niños años después, pidiéndoles que recordaran los
acontecimientos que habían relatado a los tres años. Los niños fueron
divididos en cinco grupos diferentes , y cada grupo de niños regresó
sólo una vez para participar en el experimento, entre las edades de
cinco a nueve.
Resultados
Mientras que los niños entre las
edades de cinco y siete podían recordar entre el 63 y el 72 por ciento
de los eventos, los niños que tenían entre ocho y nueve años recordaban
sólo alrededor del 35 por ciento.
"Un hallazgo sorprendente fue
que, a pesar de que los de cinco y seis años recordaban un mayor
porcentaje de acontecimientos, sus narraciones de estos eventos eran
menos completas", destaca Bauer, mientras que "los niños mayores
recordaban menos eventos, pero los que recordaban tenía más detalles."
Algunas
de las razones para esta diferencia pueden ser que los recuerdos que se
mantienen durante más tiempo pueden tener detalles más ricos asociados
con ellos y su cada vez mayor conocimiento del idiomas permite al niño
mayor elaborar mejor la memoria, consolidándola aún más en su mente",
señala la investigadora.
Los niños pequeños tienden a olvidar los
acontecimientos con mayor rapidez que los adultos porque carecen de los
potentes procesos neuronales necesarios para reunir todas las piezas de
información que incluye una memoria autobiográfica compleja", explica.
"Uno
tiene que aprender a usar un calendario y comprender los días de la
semana y las estaciones del año. Debe saber codificar la información
sobre la ubicación física del evento. Y necesita el desarrollo de un
sentido del yo, la comprensión de que su perspectiva es diferente de la
de otra persona."
Un colador
Ella usa una analogía con
drenar la pasta en un colador para explicar la diferencia entre los
recuerdos de la primera infancia y los de la edad adulta. " Los
recuerdos son como orzo; , explica, refiriéndose al tipo de pasta que
tiene forma de arroz.
"Son pequeños trozos y piezas de
codificación neural." Los cerebros de los niños pequeños son como
coladores con agujeros grandes que tratan de retener estos pequeños
pedazos de memoria. "Aunque el agua se filtra por ellos, también lo
hacen muchos de los granos de orzo. Los adultos, en cambio, utilizan una
fina red en lugar de un colador."
Ahora que Bauer ha documentado
la aparición de la amnesia infantil, espera afinar la edad en que las
personas adquieren un sistema de memoria adulto, que ella cree que está
entre los nueve años y los años de la universidad. "Nos gustaría saber
más acerca de cuándo cambiamos nuestros coladores por una red. El
periodo entre los 9 y los 18 años es en gran medida una tierra de nadie
de nuestro conocimiento sobre cómo se forma la memoria."
Fuente: La Razón de España

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